jueves, agosto 31, 2006

Almuerzos

En un almuerzo x, me toca sentarme al lado de un señor que me cae bien, generalmente es agradable, tiene muchas historias y eso lo hace entretenido. Pero eso mismo a veces se vuelve un problema porque en un momento me aburre su conversación y sus historias y todo aquello q 5 minutos antes me ha entretenido (bueno, eso me pasa con la mayoría de las cosas). Para peor, me ha tocado de "cabecera de mesa", entonces estoy como en el ojo del huracán del almuerzo. Es terrible eso de la cabecera de mesa.

Entonces, ya en el postre, antes del "té", viene este viejito y cuenta un chiste, y diablos! o no le tomé suficiente atención o no escuché bien, pero la cosa es que no entendí el chiste. Para peor, todos se rien de buena gana. Chucha, pienso, habrán entendido todos el chiste?, habrá sido realmente bueno? valdrá la pena que le diga que lo repita? o esta risita grupal será una muestra más del patetismo que nos acompañana en los estratos de la adultez?. Eso de reirse no más para ser simpáticos y agradables. Al final no me rio, y mientras el resto de la mesa rumea su ensalada, yo busco desesperada alguna otra boca no sonriente para hacer un gesto o algo. Pero no habían. El viejito me mira, y al notar q no me rio, me repite la ultima frase del chiste, asi, pausado, y dice:

-ve?

Y no veo, no le veo la gracia, no se en que momento me desenchufé del universo almuerzísitico, pero, y que hago ahora? me río? me atraganto con una cucharada de manzana en almíbar?

-Hagamos salud por el chiste?

Pero no, porque ahora había q hacer salud por alguien que no es de mi mayor agrado y quien merece un festejo por no se bien qué cosa, cumpleaños, santo, finiquito. Todos alzan la copa, alguien hace un discurso, y yo espero largamente que se acabe el postre, el vino, el "té".

Y se acaban, pero nadie se para de la mesa, le hago un gesto a mi amiga Mona para que salgamos por la ventana. Tan simpática ella, introduce su despedida, "bueno amigos, tengo citadas unas personas", se para, yo con ella, y de tanta simpatía la Mona empieza a recorrer UNA POR UNA a las personas de la mesa y se despide de beso y cuasi abrazo y yo ... qué hago?

Hasta luego no más. Las cosas del protocolo no se me dan.